SIGNIFICANTE / SIGNIFICADO
El mundo es doble, pues está compuesto de la apariencia, que puede entenderse como la manifestación de las cosas, a la vez que de la esencia, lo cual es aquello que entraña el significado de las cosas. Tal duplicidad ha de resolverse en una síntesis (tesis versus antítesis deriva en síntesis, según indica la operación lógica de la dialéctica hegeliana), pero dicho nivel de comprensión es propio de algo poco común en nuestros días: la mente plena, que se compone de abundantes conceptos y también de abundantes experiencias. Experiencias que requieren ser correctamente conceptualizadas para que se integren al sujeto como conocimiento auténtico más allá de la vivencia específica de la que provienen. Por eso un pensador como Paul Válery afirma que estos son los tiempos donde la experiencia no connota, donde no se convierte en verdadero saber: ahora predominan las experiencias, ahora escasean los conceptos.
El mundo del significante es la forma, el signo, el rostro, la efigie, la imagen, la exterioridad literal de los fenómenos. El mundo del significado es el sentido, la realidad verdadera, el espíritu, la interioridad metafórica de esos mismos fenómenos. Hoy la mayoría de la gente vive “con el corazón consumido y apagado”, como dirían los derviches persas, pues no sabe viajar mental y afectivamente del mundo del significante al mundo del significado. Dicho movimiento (viajar: una metáfora) requiere abrir la puerta ante las cosas que suceden para mirarlas de otra manera, considerarlas desde otro punto de vista distanciado de la mera experiencia personal. No es casual que el último signo del bautismo católico hecho por el sacerdote contenga la palabra latina effeta, que se traduce por la admonición: ¡ábrete! ¿A qué? A la otra percepción de la realidad.
La civilización occidental ha idolatrado desde hace siglos los significantes, ignorando cada vez más el valor fundamental e insustituible de los significados. Casi todos los movimientos espirituales, estéticos, filosóficos y aun políticos de resistencia y rebeldía surgidos a lo largo de la historia judeocristiana representan una lucha crónica para abandonar la cárcel cognitiva de los significantes, así éstos se presenten mediante las brillantes envolturas del mundo de la superficie, del mundo plano y chato de lo aparente, e introducir de nueva cuenta en la cultura humana la necesidad primordial de los significados.
Estamos delante, entonces, de un problema de interpretación acerca de las cosas vigentes, los fenómenos cotidianos y las circunstancias inmediatas, que va volviéndose acuciante por descomunal. Y ante el proyecto mundial de dominación acrítica de los significantes (en efecto: un proyecto articulado, un guión preestablecido, así le asuste tanto al pensamiento políticamente correcto reconocer, a pesar de las abundantísimas evidencias disponibles, que la historia moderna y sus secuelas actuales son una conspiración de quienes en la globalidad ejercen el poder verdadero), queda la originalidad interpretativa consistente en volver al pensamiento liberador que alguna vez fue patrimonio común. Si se quiere para ello un método de significante-significado, compuesto por seis frases utilizadas por el filósofo italiano Elémire Zolla, éste es: “La urdimbre está en el tejido / El tejido está en la urdimbre / El tejido es la urdimbre / El tejido no es la urdimbre / Urdimbre y tejido son distintos / No se puede decir si urdimbre y tejido son distintos.”
Significante: Televisa informa que no va a informar sobre el enigmático secuestro de Diego Fernández de Cevallos. Significado: Televisa informa que en realidad ---a confesión de parte, relevo de pruebas--- nunca informa pero que esta vez, por razones que no pueden informarse, así lo reconoce.
Significante: ciertos intelectuales conspicuos proponen olvidar, superar, clausurar de una vez por todas el discurso nacionalista que acerca del pasado histórico del país se construyó como identidad imaginaria durante el siglo veinte. Significado: toda memoria colectiva ---siempre una construcción, como lo es hasta la memoria privada--- representa un lastre para aceptar irreflexiva y fatalmente los términos de un mundo global dictados por el imperio unipolar anglosajón, él sí dueño legítimo de la sangrienta construcción de su memoria histórica. Significante: los pueblos subordinados se ven impedidos por su historia imaginaria y todo fracaso debe callarse. Significado: sólo existe la historia de los vencedores, sólo el éxito debe volverse historia. Significante: el recuerdo común todo lo impide. Significado: la amnesia general todo lo permite.
Significante: el capital financiero controla la economía global utilizando fondos públicos de los contribuyentes, y la ha convertido en un demencial casino especulativo. Recibe préstamos estatales al uno por ciento y “salva”, arruinándolos, a países endeudados por él mismo como Grecia, aplicando usureras tasas del ocho por ciento con el pretexto de la “competitividad”. Significado: el proyecto capitalista representa un genocidio sistémico y su horror económico es tan nihilista como terminal.
Si el mundo es doble se trata entonces de levantar el velo que oculta su duplicidad. Es una acción que debe iniciarse en el lenguaje, tomando en cuenta que éste no representa la verdadera realidad. Pero apunta en su dirección correcta o nos desvía de ella. Y hoy el mundo de la superficie, ese predominante, se dedica a la desviación. Contemplar es mirar los significados del mundo, no abismarse en su mera significación.
Fernando Solana Olivares
El mundo del significante es la forma, el signo, el rostro, la efigie, la imagen, la exterioridad literal de los fenómenos. El mundo del significado es el sentido, la realidad verdadera, el espíritu, la interioridad metafórica de esos mismos fenómenos. Hoy la mayoría de la gente vive “con el corazón consumido y apagado”, como dirían los derviches persas, pues no sabe viajar mental y afectivamente del mundo del significante al mundo del significado. Dicho movimiento (viajar: una metáfora) requiere abrir la puerta ante las cosas que suceden para mirarlas de otra manera, considerarlas desde otro punto de vista distanciado de la mera experiencia personal. No es casual que el último signo del bautismo católico hecho por el sacerdote contenga la palabra latina effeta, que se traduce por la admonición: ¡ábrete! ¿A qué? A la otra percepción de la realidad.
La civilización occidental ha idolatrado desde hace siglos los significantes, ignorando cada vez más el valor fundamental e insustituible de los significados. Casi todos los movimientos espirituales, estéticos, filosóficos y aun políticos de resistencia y rebeldía surgidos a lo largo de la historia judeocristiana representan una lucha crónica para abandonar la cárcel cognitiva de los significantes, así éstos se presenten mediante las brillantes envolturas del mundo de la superficie, del mundo plano y chato de lo aparente, e introducir de nueva cuenta en la cultura humana la necesidad primordial de los significados.
Estamos delante, entonces, de un problema de interpretación acerca de las cosas vigentes, los fenómenos cotidianos y las circunstancias inmediatas, que va volviéndose acuciante por descomunal. Y ante el proyecto mundial de dominación acrítica de los significantes (en efecto: un proyecto articulado, un guión preestablecido, así le asuste tanto al pensamiento políticamente correcto reconocer, a pesar de las abundantísimas evidencias disponibles, que la historia moderna y sus secuelas actuales son una conspiración de quienes en la globalidad ejercen el poder verdadero), queda la originalidad interpretativa consistente en volver al pensamiento liberador que alguna vez fue patrimonio común. Si se quiere para ello un método de significante-significado, compuesto por seis frases utilizadas por el filósofo italiano Elémire Zolla, éste es: “La urdimbre está en el tejido / El tejido está en la urdimbre / El tejido es la urdimbre / El tejido no es la urdimbre / Urdimbre y tejido son distintos / No se puede decir si urdimbre y tejido son distintos.”
Significante: Televisa informa que no va a informar sobre el enigmático secuestro de Diego Fernández de Cevallos. Significado: Televisa informa que en realidad ---a confesión de parte, relevo de pruebas--- nunca informa pero que esta vez, por razones que no pueden informarse, así lo reconoce.
Significante: ciertos intelectuales conspicuos proponen olvidar, superar, clausurar de una vez por todas el discurso nacionalista que acerca del pasado histórico del país se construyó como identidad imaginaria durante el siglo veinte. Significado: toda memoria colectiva ---siempre una construcción, como lo es hasta la memoria privada--- representa un lastre para aceptar irreflexiva y fatalmente los términos de un mundo global dictados por el imperio unipolar anglosajón, él sí dueño legítimo de la sangrienta construcción de su memoria histórica. Significante: los pueblos subordinados se ven impedidos por su historia imaginaria y todo fracaso debe callarse. Significado: sólo existe la historia de los vencedores, sólo el éxito debe volverse historia. Significante: el recuerdo común todo lo impide. Significado: la amnesia general todo lo permite.
Significante: el capital financiero controla la economía global utilizando fondos públicos de los contribuyentes, y la ha convertido en un demencial casino especulativo. Recibe préstamos estatales al uno por ciento y “salva”, arruinándolos, a países endeudados por él mismo como Grecia, aplicando usureras tasas del ocho por ciento con el pretexto de la “competitividad”. Significado: el proyecto capitalista representa un genocidio sistémico y su horror económico es tan nihilista como terminal.
Si el mundo es doble se trata entonces de levantar el velo que oculta su duplicidad. Es una acción que debe iniciarse en el lenguaje, tomando en cuenta que éste no representa la verdadera realidad. Pero apunta en su dirección correcta o nos desvía de ella. Y hoy el mundo de la superficie, ese predominante, se dedica a la desviación. Contemplar es mirar los significados del mundo, no abismarse en su mera significación.
Fernando Solana Olivares
1 Comments:
Esto de Significante y Significado me recuerda una frase que un profesor comentaba: "Una cosa es la creencia y otra es la escencia", la escencia es lo más puro y lo que en ocasiones dejamos de lado para dar una buena apariencia, volviendo así al mundo chato o plano de Wilber.
Gracias por compartir su conocimiento y sembrar en mí, esas semillas para seguir en busca de la verdad
María Esther "E".
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