Friday, January 09, 2009

CAMINO SIN ORILLAS

La decisiva imagen es de Juan Rulfo: un camino que al no tener lados representa una dirección antes que un trayecto, y un trayecto que a su vez abarca todo lo que en él se recorra, aunque esté próximo o sea lejano. Arrieros somos y en los caminos sin orillas andamos. Me escribe un generoso lector para solicitarme explicaciones acerca de ciertas frases que se han dicho en estas páginas; me pide también un pronóstico sobre el futuro inmediato: ¡válgame Dios!
Yo tenía ganas de transcribir, a manera de regalo de Reyes, una joya de Olaf Stapledon en Star Maker, “Historias universales”: “En un cosmos inconcebiblemente complejo, cada vez que una criatura se enfrentaba con diversas alternativas, no elegía una sino todas, creando de este modo muchas historias universales del cosmos. Ya que en ese mundo había muchas criaturas y que cada una de ellas estaba continuamente ante muchas alternativas, las combinaciones de esos procesos eran innumerables y a cada instante ese universo se ramificaba infinitamente en otros universos, y estos, en otros a su vez”.
Y ya transcrito el delicado obsequio, paso a aquellas cuestiones que el lector me pregunta. A) Sí, detesto esta época, no la comprendo y en mucho la presiento ajena a mí. Pero a la vez, intelectualmente me fascina, históricamente me intriga, existencialmente me determina. Trato de seguir una sentencia doble que conocí hace años en Canetti: odiar la época, amar la época. B) No, no creo que el capitalismo pueda corregirse desde adentro y por sí mismo. Ejemplos que sistemáticamente se repiten en el tiempo me hacen saber que las culturas sólo cambian por la catástrofe. Recuso la base moral del capitalismo: el nihilismo puro, y creo que el marxismo y sus variantes son la vía izquierda de esa misma raíz: el nihilismo puro. C) Si no suena muy rebuscado, le confiaría que oscilo entre la inmanencia y la trascendencia. Es decir, que a veces confío en que la vida en sí misma tiene sentido. Otras veces acepto que detrás de las apariencias de la realidad hay algo adicional, la cosa en sí, y que ésta es metafísica. D) No adscribo a ningún credo religioso. Me encanta la época por su globalización espiritual, somática y cultural. Será una compensación por su condición horrible ---el feísmo posmoderno ---, y acaso por ello estos tiempos terminales ofrezcan opciones para, como diría un agudo crítico de la modernidad, cabalgar al tigre de la época y no ser devorado por él. Pero tampoco soy creyente de la diosa Razón y procuro cuidarme del sentimentalismo mediático hegemónico. E) Sí, su opinión me recuerda la frase de Montaigne: para vivir solo hay que tener algo de animal o algo de dioses. Y políticamente no me imagino cómo podrían traducirse en acción colectiva las transformaciones interiores de la gente, su revolución interior. ¿Lo proclamó el hipismo? Entonces tuvo razón. F) Creo, con quien lo dijo, que envejecer es ir haciendo limpieza, tirar lo inútil, desprenderse de ello. Así se ayuda cada quien: calcinando las impresiones mentales que va dejando la vida (karmáticas, según los budistas), para no llevarlas con uno mismo al momento de abandonar el cuerpo. De ahí que se diga que lo único que transmigra entre vida y vida es la neurosis. Hacer limpieza es resolver la neurosis. G) Ni de izquierda ni de derecha me considero, aunque mi alma plebeya siempre tienda a las causas populares, sino más bien creyente en la aristocracia del espíritu, en el gobierno de los mejores, el cual no veré, desde luego. Los más sensibles y considerados, los entusiastas y alegres, los creativos, los más humanos. No son las élites contemporáneas donde están estas gentes, sino en los pequeños formatos. H) En cuanto a la cultura soy conservador, canónico y establecido. Creo que las formas estéticas sólo pueden modificarse cuando se dominan. Hoy domina el antojo, el pensamiento basura, la emoción, y no el dominio del arte mismo. Pero hay excepciones. Luego entonces creo que lo contracultural hoy es la misma cultura. I) Sí, he escrito que toda identificación es una restricción, pero suelo considerar que efectivamente nuestro mundo penetra en un nuevo medioevo (un período, por cierto, totalmente distinto a como lo describe el pensamiento ilustrado, el políticamente correcto). Volverán los gremios, la comunidad como eje de las relaciones humanas, el super-realismo (la coexistencia de lo que se ve con lo que no se ve: hay muchos mundos y están en éste) como imaginación aceptada, y volverá el cesarismo político, sea encarnado por el gobierno mundial de corporaciones o por sus representantes formales. Usted me percibe pesimista y hasta amargo. Me curo de ello considerándome realista-apocalíptico, pero integrado. Optimismo y pesimismo son conductas emocionales.
Dejo otros de sus cuestionamientos para una ocasión posterior. Y desde luego, no tengo ningún pronóstico por empeñar. Si quiere, usted puede consultar un anuario astrológico, agenciarse unas runas druídicas o hacer lo que yo: preguntar al Libro de las Mutaciones (en versión de Richard Wilhelm, la única actuante) cómo será el año 2009, el del Buey, conforme al zodiaco chino. Le dirá cosas útiles y precisas que podrá emplear para una interpretación concreta de lo que le ocurre. Además del libro sólo necesita otra cosa: colapsar temporalmente su incredulidad. Pensar en un camino sin orillas puede ayudarlo para atender el oráculo como lo hacían los griegos, nuestros abuelos que están de regreso: con entera seriedad.

Fernando Solana Olivares

1 Comments:

Blogger JORGE SOLANA AGUIRRE said...

Saludos desde Paris Sr. Fernando Solana. Espero tenga una existencia equilibrada por las letras y los pensamientos.

Somos inquilinos en nuestro propio pensamiento. JJ.Solana

www.jorgesolana.blogspot.com

1:25 PM  

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