ARGUMENTOS EN JUAN
Uno de nuestros mejores ensayistas en lengua española, Alberto Vital, ha escrito un libro inesperado. Su condición epifánica: surgió de pronto ante los lectores, y su temática: la relectura, la compulsa y la consideración del Evangelio de Juan, lo hacen un ensayo singular, fuera del tiempo y a la vez anclado al presente.
Para empezar, el título: Argumentos en Juan, una pequeña magia lingüística mediante la preposición en, o sea, dentro de Juan. Lo pequeño es lo grande en el lenguaje, y esa discreta variante anticipa lo que el erudito y accesible ensayista hará.
Empleando dos traducciones distintas, la Biblia de América y la de Ernesto de la Peña, Vital se planteará una hipótesis crítica: ¿pueden las Escrituras considerarse válidas en estos momentos pre-apocalípticos, pueden abrir puertas para un diálogo entre creyentes y no creyentes?
La hermenéutica, una ciencia y un arte, se asume como la interpretación, la comprensión y la aplicación de un texto, entendiéndose texto como un edificio, una costumbre, una persona o un libro. Comenzó con la lectura reverencial y obsesiva de la Biblia, que pretendía encontrar entre las letras y las palabras secretos contados por Dios, y se desarrolló como un método para lograr el esclarecimiento conceptual de los hechos y las cosas.
Con su precisa y elegante prosa (¡qué bello puede ser el español!), Alberto Vital explica que una narración es una auto evidencia, la cual, aunque se legitima por sus propios mecanismos de escritura, se muestra a sí misma. O sea, toda narración que cuente, aborde o ensaye un tema, oculta o contiene otro nivel de reflexión, de decir lo que dice. En ella siempre hay algo más.
La originalidad hermenéutica de Argumentos en Juan radica en haber regresado al origen, a considerar otra vez una parte del Nuevo Testamento en clave contemporánea, con la mirada intelectual de estos días aciagos, buscando respuestas ante las circunstancias actuales en uno de los dos textos que originaron la civilización judeocristiana: la Biblia.
Alberto Vital emplea una estrategia de comparación entre dos versiones y su propia interpretación, tres formas de ver un mismo objeto, en este caso el Evangelio de Juan. Volviendo a aquello de que en una trama escritural siempre hay otra cosa, en ésta el autor establece un diálogo con la verdad cristiana como si fuera una parte de él mismo, de su propia fe.
No solamente representa un tema de exploración ensayística. El interés reflexivo del autor aborda un ámbito espiritual propio de la desesperación filosófica. “Poca ciencia aleja, mucha vuelve a llevar”, dice el filósofo. Y la mucha ciencia de Alberto Vital interroga una vez más el misterio de Jesús de Nazaret, quien si “no fue el Hijo de Dios, según se proclamó a sí mismo, entonces fue el mayor antropólogo y psicólogo de multitudes” conocido en la historia humana.
En una cita al final del esclarecedor libro, Vital recuerda la desesperanzada respuesta en 1966 del filósofo Martin Heidegger: “Sólo un Dios puede salvarnos. (…) La filosofía llegó a su fin”, a la pregunta de Der Spiegel ante lo que veía venir.
Después de casi 300 páginas de comentarios propios y comparación de versiones bíblicas, luego de establecer una profusa red de vínculos y autores a lo largo del tiempo para comprender el inagotable enigma cristiano (eso es la inteligencia: sólo relaciona), el sabio autor termina resolviendo la tarea hermenéutica última, aquella que concreta la interpretación y la comprensión del objeto. La aplicación: traer al espacio-tiempo de ahora, a la lectura analítica a un Jesús de estos últimos días, una esperanza más orgánica que devocional.
Si la filosofía llegó a su fin, reemplazada por la cibernética según predijo el pensador alemán, el ensayo no. Alberto Vital muestra que pueden extraerse lecciones vivas (aplicaciones) de los textos bíblicos porque narran y construyen una vocación de universalidad: la “última gran oportunidad del planeta consiste en una gran pertenencia como aquella que en su momento propuso Jesús de Nazaret”.
El ensayista (también narrador y poeta) menciona los siguientes elementos, puentes para transitar espiritualmente por la noche global: universalidad o el otro como individuo; amor o una mirada distinta hacia los demás; convergencia o una búsqueda de puntos en común; futuro o la urgente construcción de otro discurso filosófico, sociológico, económico y político.
Del análisis preciso, bien escrito, fragmentado y vuelto a reunir del Evangelio de Juan, Alberto Vital alcanza, en su vinculante red, la encíclica papal Laudato si del papa Francisco el concepto de la Casa Común, el planeta del cual somos responsables, y lo que él llama la Gran Pertenencia a una sola especie que, existiendo junto a otras dignas de derechos, debe actuar sin etnocentrismos ni vaguedades, sin colonizaciones ideológicas o físicas.
Este libro brillante, correspondiendo al valor de lo pequeño, se publicó con discreción bajo una edición del autor. Poderosa paradoja. El estar en Juan permitió a Alberto Vital alcanzar la sabiduría sapiente de la escritura, aquel conocimiento convertido en saber para sobrevivientes.
Fernando Solana Olivares
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